Martes 30 de septiembre 2025

Padre celestial aquí estamos, agradecidos por tantas bendiciones. Gracias por la esperanza que nos das en ti. En la quietud de esta mañana nos invitas a detenernos, a mirarte, a reconocer tu majestad y adorar antes que pedir. Y eso hacemos, porque realmente nuestra alma se siente deudora por tantos beneficios. Alabamos tu nombre, alabamos tu poder y nos postramos humildemente ante ti. Tú sabes bien nuestras necesidades y faltas. Desde antes de la creación ya nos viste y nos amaste. ¡Que maravilla! Tu conoces las grietas de nuestra alma, nuestra fragilidad, y aun así quieres bendecirnos y te haces presente con tu amor incomparable. Cuando nos parece que no tenemos dirección, tú eres nuestro GPS divino. Nos enseñas el camino y nos guías por tu Espíritu Santo. Permite que hoy solo haya palabras de bendición en nuestra boca, palabras amables y amorosas. Saca de nosotros las raíces de amargura que nos contaminan y contaminan a otros. Siembra tu paz, tu mansedumbre, tu amor y tu compasión en nuestro corazón. Gracias por dejarnos experimentar tu presencia y fidelidad cuando nos acercamos a ti con corazones anhelantes. Sacamos toda preocupación que gira sin cesar en nuestra mente y llenamos nuestros pensamientos de tu Palabra. Esta sustitución nos trae paz al alma. Tu Palabra es viva y eficaz, hará el trabajo en nosotros y nos levantará, se lleva toda carga. Hoy, en lo que sea que nos toque hacer, (citas médicas, rutina, entrevistas, reuniones difíciles, etc.) hazte presente y pon en nosotros ecuanimidad, acertividad y la certeza de de que estás a nuestro lado. Cada petición del alma la depositamos en tus manos. Tú darás la respuesta justa en tu tiempo y voluntad. Ayúdanos a no desmayar en la espera. Seguros de ser escuchados y amados oramos en tu poderoso nombre, Jesús, amén.

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. Salmo 139:1-6 Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Salmo 103:1 Tu amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán. Te bendeciré mientras viva, y alzando mis manos te invocaré. Salmo 63:3-4

Facebook
Email