El pueblo de Israel venció a sus enemigos y les fue repartida la tierra tal y como Dios le prometió.
Pero al final de sus días, Josué debe pararse firme y exhortarles a cada uno a pensar y decidir con TODA SEGURIDAD a quién van a SERVIR.
Es como una última exhortación para asegurarse de dejar un legado correcto a sus futuras generaciones.
¿Estaremos tú y yo dispuestos a hacer lo mismo?
¿Recordarle a nuestros hijos A QUIÉN DEBEN SERVIR?
Qué EMOCIÓN para Josué, escuchar al pueblo DECIDIR:
«A JEHOVÁ NUESTRO DIOS SERVIREMOS
Y A SU VOZ OBEDECEREMOS».
¡Cuánta paz trae a nuestras vidas escuchar la bendición que HEMOS SEMBRADO!
EL SEÑOR se encargará de darle crecimiento… UN DÍA A LA VEZ.