«Lo que entra a la boca no es lo que contamina al hombre, sino LO QUE SALE DE LA BOCA. Eso es lo que CONTAMINA al hombre… lo que sale de la boca PROVIENE DEL CORAZÓN, y eso es lo que contamina al hombre». Mateo 15:11 y 18.
Meditemos y oremos: ¿Contaminé a alguien a alguien con mis palabras?
Señor, te pido perdón y te pido me ayudes a cuidar mis palabras…
«SEA MI PALABRA siempre con gracia, SAZONADA con sal, para que sepa cómo debo responder a cada uno». Colosenses 4:6
¡Gracias, Señor por tu perdón!
Te lo pedimos en el nombre de Jesús.