Padre de gloria, gracias por todos tus beneficios.  Gracias por un nuevo despertar.  Gracias por poder allegarnos a tu trono y saber que escuchas.  Hoy queremos interceder por esos familiares, amigos, conocidos y tantos otros que no te conocen.  Jesús, tu Espíritu Santo es el que redarguye de pecado, envíalo a trabajar en esos corazones.  No hay quien se resista a tu toque, ¡trabaja en ellos Dios!  Si tienen corazones de piedra, cámbialos por uno que te pueda alabar.  Solo tú sabes cómo hacerlo.  No te damos instrucciones, solo te suplicamos que los lleves a tus pies.  Nosotros somos llamados a hablarle, pero a veces, a nosotros no nos quieren escuchar.  Entonces, te rogamos uses a otros para que escuchen de ti.  Permíteles tener un encuentro de amor, una revelación de lo alto y que te puedan sentir y conocer.  Tú sabes a quién cada uno de nosotros te presenta.  Puede ser un hijo, un amigo, un hermano, un sobrino, pero te lo pedimos porque  lo hacemos  por amor.  ¡Sálvalos Padre!  Te agradecemos el poder orar por ellos sabiendo que tu deseo también es que vengan a ti.  Tú trabajas en el corazón, nosotros intercedemos para que tu obra sea completa.  Gracias Jesús.  Todo lo que nos inquieta, molesta, angustia o preocupa lo ponemos a tus pies.  Allí dejamos nuestro afán y nos levantamos con nuevas fuerzas.  En ti está nuestro refugio y roca eterna de salvación.  En ti podemos confiar.  ¡Aleluya!

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.  Juan 14:13  Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré.  Jeremías  29:12